Cuarenta años de fidelidad sacerdotal.

Los 40 años de ministerio y servicio sacerdotal de Mons. Dionisio Guillermo García Ibáñez y del P. Jorge Catasús Fernández fueron celebrados con una solemne eucaristía en el Santuario Basílica Nacional de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, casa de nuestra Madre y Patrona.

Concelebraron la misa Mons. Wilfredo Pino, arzobispo de Camagüey; Mons. Emilio Aranguren, obispo de Holguín; así como los obispos auxiliares de la diócesis de Holguín y de la Arquidiócesis de La Habana: Mons. Marcos Pirán y Mons. Eloy Ricardo Domínguez. Acompañaron también cerca de un centenar de sacerdotes llegados de toda Cuba, que se encontraban en su convivencia anual en la Casa de Retiro.

En su homilía, Mons. Emilio Aranguren reflexionó sobre la vocación de Mons. Dionisio y del P. Jorge, quienes, al igual que Jacob, han recorrido un camino de encuentro y fidelidad al llamado de Dios, un «sí» fecundo que se mantiene hasta hoy.

Mons. Emilio Aranguren, Obispo de Holguín-Las Tunas.

“Al igual que Jesús, Dionisio y Catasús han recorrido ciudades y pueblos durante estos 40 años: enseñando en templos, casas de oración, hospitales, cárceles y hogares; predicando el Evangelio del Reino, curando enfermedades y dolencias, escuchando, consolando, orientando y perdonando a tantas ovejas descarriadas. Por eso, junto a Jesús, que hoy resuene en este sagrado templo, la invitación a orar por vocaciones: ‘La cosecha sigue siendo mucha y los trabajadores pocos. Rueguen, por tanto, al dueño de la mies’.”

Al finalizar la eucaristía, Mons. Dionisio agradeció a quienes lo han acompañado a lo largo de los años: sacerdotes, laicos y, de manera especial, a su familia. Expresó también su gratitud al P. Jorge, su amigo y compañero entrañable. Por su parte, el P. Catasús agradeció con sencillez a quienes han sido parte de su camino, en particular al coro de la parroquia Cabrera, que preparó con esmero los cantos litúrgicos.

Que esta acción de gracias por la vida y misión de estos dos queridos sacerdotes nos motive a acompañar y orar por todos nuestros pastores, y a pedir incansablemente al Padre que siga enviando sacerdotes santos, según el corazón de Jesús, a su Iglesia peregrina en Cuba.

FOTOS Y TEXTO: Equipo de Comunicación del Arzobispado de Santiago de Cuba.

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