Mons. Wilfredo Pino Estévez
Arzobispo de Camagüey

Primeros años y formación
Wilfredo Pino Estévez nació el 12 de octubre de 1950 en Camagüey, Cuba. Desde joven, mostró interés por la vida religiosa, ingresando al Seminario Menor «San Basilio Magno» en El Cobre a los 13 años. Continuó su formación en el Seminario Mayor «San Carlos y San Ambrosio» en La Habana, donde profundizó su preparación para el sacerdocio.
Sacerdocio
Fue ordenado sacerdote el 1 de agosto de 1975 por el entonces obispo de Camagüey, Mons. Adolfo Rodríguez Herrera, quien hoy es reconocido como Siervo de Dios. Tras su ordenación, inició su ministerio pastoral como vicario parroquial en Nuevitas (1975-1980). Entre 1980 y 1988, sirvió como ecónomo de la parroquia de Florida y durante este período, de 1985 a 1995, ejerció como Director Nacional de las Obras Misionales Pontificias.
De 1988 a 1994, fue párroco en Santa Cruz del Sur y posteriormente asumió responsabilidades en la parroquia de La Merced y como Rector de la Casa Diocesana de Camagüey. Entre 1997 y 1998, coordinó el Comité Diocesano encargado de la visita del Papa Juan Pablo II a Camagüey. También fue director del Boletín Diocesano y vicario episcopal para la ciudad de Camagüey a partir de 2004.
Episcopado
El 13 de diciembre de 2006, el Papa Benedicto XVI lo nombró Obispo de la Diócesis de Guantánamo-Baracoa. Recibió la consagración episcopal el 27 de enero de 2007 en la Plaza Pedro A. Pirez de la ciudad de Guantánamo. La ceremonia fue presidida por Mons. Juan de la Caridad García Rodríguez, entonces Arzobispo de Camagüey, junto al Cardenal Jaime Lucas Ortega Alamino y Mons. Pedro Meurice Estíu.
Durante su ministerio en Guantánamo-Baracoa, Mons. Pino impulsó la remodelación del templo centenario de Baracoa y destacó por su cercanía a las comunidades, especialmente tras la devastación causada por el huracán Matthew en 2016.
El 6 de diciembre de 2016, el Papa Francisco lo nombró Arzobispo de Camagüey, sucediendo a Mons. Juan de la Caridad García Rodríguez, quien había sido trasladado a La Habana. Su lema episcopal es “Confía en el Señor y haz el bien” (Salmo 37,3), reflejo de su compromiso pastoral y espiritual con la Iglesia y el pueblo cubano.