Celebran misa en la catedral de La Habana en honor al Papa Francisco.

En la tarde de este 21 de abril, las puertas de la Santa Metropolitana Iglesia Catedral de La Habana, se abrieron para acoger la Santa Misa por el fallecimiento del Papa Francisco. La celebración eucarística fue presidida por el Nuncio Apostólico en Cuba, Antoine Camilleri y concelebraron varios Obispos Cubanos, parte del clero de la Arquidiócesis de La Habana, religiosas, religiosos que junto a los fieles vivieron este momento de recogimiento y gracia.

Como muestra de respeto y agradecimiento estuvieron presentes en la misa el Presidente cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez, acompañado de varios ministros, líderes de otras órdenes religiosas presentes en Cuba, además de miembros de diferentes representaciones diplomáticas en la isla.

La Catedral acogió a cientos de fieles en una emotiva celebración.

Tras el repique de las campanas y cerca de las 6 de la tarde hicieron entrada los celebrantes hasta el altar donde se encontraba una imagen del Papa. Luego de los ritos habituales y las lecturas, el Nuncio compartió su homilía, en la que comenzó agradeciendo a los obispos y sacerdotes, autoridades del estado y el gobierno, mencionó a los colegas diplomáticos, también a los representantes de otras comunidades cristianas y confesiones religiosas, las personas consagradas y fieles, católicos y no católicos, creyentes y no creyentes.

Comentó que así lo hubiera querido el Papa Francisco, de quien dijo, mostró una enseñanza constante e iluminada, instó reconocer a nuestro prójimo, sea quien sea, sea cual sea su fe, su nacionalidad o sus ideas, como hermano, como hermana. Resaltando que somos todos hermanos, como escribió en su carta encíclica Fratelli tutti, todos miembros de la misma familia humana.

Nuncio Apóstolico Antoine Camilleri.

Una homilía que recordó el legado del Papa.

Mencionó que la misión del Papa fue “acercar la Iglesia a la gente” y “hacer sentir a todos el amor de Dios”.​ Resaltó que con sus palabras y sus gestos enseñó que el corazón de Dios es el lugar donde todos nos sentimos en casa, donde en nuestro encuentro con la Verdad que es Amor, experimentamos acogida, consuelo, compasión, ternura y valentía para mejorarnos, levantarnos e ir adelante a pesar de las dificultades y las imperfecciones que obstaculizan nuestro camino hacia Él.

Indudablemente, es un momento de dolor y de duelo, pero también de confianza y de esperanza, dijo Monseñor Camilleri, y resaltó que desde el lugar de su descanso eterno el Papa Francisco seguirá hablándonos e intercediendo por el mundo.

Aprovechó para destacar que “el Papa sorprendió desde el primer momento con su humildad y sencillez, acogiendo un estilo de vida simple y cercano”. Dijo a los presentes que siguiendo su gesto de ir a alguna cárcel en Semana Santa a lavar los pies a los presos, este año no fue diferente aún en medio de su enfermedad.  

«…es un momento de dolor y de duelo, pero también de confianza y de esperanza,«

Los presentes escuchaban atentamente esta homilía en la que el Nuncio comentó que a pesar del peso de las responsabilidades que llevaba en los hombros y la incomprensión que sufría, hasta dentro de la Iglesia, nunca perdió su sentido del humor que combinaba inteligencia, astucia y elegancia.

En su caso Monseñor Antoine Camilleri tuvo el privilegio de trabajar muy cerca del Papa durante seis años y medio, según comentó, y tuvo una audiencia a principios de año en la que dijo; mencionó a Cuba, pues quería mucho a este país, al pueblo cubano y se notaba su alegría al rememorar sus viajes a la isla.

«… quería mucho a este país, al pueblo cubano y se notaba su alegría al rememorar sus viajes a la isla».

Invitó a una oración encomendando el Papa Francisco para que su ejemplo nos inspire a seguir caminando juntos en la fe, la esperanza y el amor, confiando siempre en la misericordia de Dios. Y terminó con la oración a nuestra Madre, la Virgen de la Caridad del Cobre, pronunciada por el Papa Francisco el día del 21 de septiembre de 2015 en esta bendecida tierra cubana.

Monseñor Ramón Suárez Polcari, Canciller de la Arquidiócesis de La Habana,

Antes de finalizar la celebración Monseñor Ramón Suárez Polcari, Canciller del Arzobispado de La Habana, leyó un mensaje en nombre del Cardenal Juan de la Caridad García, quién viajó a la Santa Sede para asistir a las ceremonias relacionadas con el sepelio de Su Santidad y además al conclave en el que se elegirá al nuevo sucesor de Pedro.

Al finalizar, el Nuncio y los Obispos intercambiaron saludos con el Presidente cubano como muestra de agradecimiento por su presencia y saludaron a algunos de los presentes que abarrotaron la catedral habanera.

El Papa Francisco caminó a la casa del Padre. Es parte de su paso en esta vida y desde la eternidad seguirá guiando como fiel sucesor de Pedro a la iglesia que le fue encomendada. Gracias a su entrega, compromiso y fidelidad quedará vivo por siempre en todo aquel que se entregue por los humildes y menos favorecidos. Como pidió desde un primer momento, siempre el pueblo rezará por él.

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