Siervas de María, 32 años de servicio en Holguín.

Oficina de Prensa, Obispado de HOLGUÍN, Cuba.- Durante 32 años las Siervas de María han sido “bálsamo para los enfermos” en Holguín y ahora se ven obligadas a dejar la diócesis para “unir fuerzas y poder brindar un buen cuidado a tantas hermanas que en su momento se desgastaron en el servicio”.

Así lo explicó la Hna. Carmen Hernández Ayala, Provincial de las Siervas que viajó desde Puerto Rico para acompañar a la comunidad en una Eucaristía de despedida que presidieron los dos obispos de la Diócesis acompañados por varios sacerdotes.

Bálsamo para los enfermos durante 32 años en Holguín.

El templo de la comunidad, en el reparto de Alcides Pino, en donde han residido las religiosas, se llenó de fieles, el lunes 7 de abril, para dar gracias por la labor realizada visitando enfermos, atendiendo la catequesis y formando a las personas.

“Sabemos que nuestra presencia ha sido un bálsamo, para quienes han podido tener una Sierva de María junto al lecho del dolor,” expresó la Provincial.

“Desde 1992, gracias a su acogida hemos formado con ustedes una sola familia”, añadió. “Les agradecemos a todos el buen trato que han dado durante tantos años a todas las hermanas que han pasado por esta casa,” dijo.  Su gratitud se extendió a Mons. Emilio Aranguren Echeverría, al obispo auxiliar Mons. Marcos Pirán y a los sacerdotes que han atendido a la comunidad a lo largo de los años.

Durante la homilía, Mons. Aranguren recordó la fecha de la primera fundación en Cuba  de las Siervas, en Santiago de Cuba, el 8 de marzo de 1875,  y las  sucesivas fundaciones en La Habana, (1883), Matanzas,(1889), Camagüey 1891), Cienfuegos (1892), Cárdenas,  y en Holguín a petición del entonces obispo Mons. Hector Luis Peña Gómez en 1992.

Subrayó que el aporte carismático de las Siervas, “queda como semilla en muchos corazones, familias y hospitales. Al comentar las oraciones de la Misa que sea estaba celebrando, indicó que son aspectos de su carisma: Descubrir la presencia de Dios en los que sufren, ser siempre testigos de tu amor, llevar en el corazón y manifestar en la vida el amor, Dios y al prójimo. 

Y refiriéndose a las lecturas, señalo que la misericordia no es una meta o una tarea, sino una vocación y que para ser luz en las tinieblas se hace necesario ser justo, clemente y compasivo. Dio gracias por las Siervas y su presencia en el barrio, en la ciudad y en la diócesis y al final de la Eucaristía les pidió acercarse al altar para recibir una bendición.

En nombre de la Confederación de Religiosas (CONCUR) de Holguín, la Hna. Adriana Manzon Bolaños leyó un mensaje para las Siervas, reconociendo que “durante 32 años han sido luz, y consuelo, encarnando do la palabra de Jesús: Tuve hambre y me dieron de comer, estuve enfermo y me visitaron…”

Afirmó que “en los hospitales, hogares y rincones mas necesitados su carisma ha llevado alivio a los afligidos y esperanza a los desalentados” y recordó cómo su fundadora, santa Soledad Torres Acosta (1826-1887), solía decir: donde hay una necesidad allí debe estar la Sierva de María. 

“Llevando el amor de Dios con sencillez y humildad, ustedes han vivido este mandato en lo cotidiano” les dijo.

“En nombre de todos los consagrados, sacerdote y fieles les decimos gracias, por sus manos laboriosas que han acariciado el dolor ajeno, por sus corazones ardientes que han orado incansablemente por los débiles, por su espiritualidad que ha transfigurado lo ordinario” 

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