Celebran Retiros de Emaús para hombres y mujeres en la Diócesis de Pinar del Río.

Texto: Tania Gómez Rodríguez. Diócesis de Pinar del Río, 11 de febrero de 2025. – Con la alegría del encuentro con Dios a través del Camino de Emaús, alrededor de 60 caminantes entre hombres y mujeres de la zona oriental de la Diócesis de San Rosendo, se dieron cita los fines de semana del 31 al 2 y del 7 al 9 de febrero para celebrar el V Retiro de hombres y el IV Retiro de mujeres respectivamente.

La experiencia de Emaús se inició en la diócesis en el año 2023, y desde entonces la familia crece
en cada retiro con nuevos caminantes que se integran en estos tres días de encuentro con Cristo
Resucitado siguiendo los pasos de los discípulos de Emaús.

Una vez al año se realiza un Encuentro Diocesano donde nos reunimos todos para compartir en
ambiente de fraternidad, el impacto del retiro en nuestra vida de fe y en cada comunidad donde
está presente un Hermano de Emaús, se comunica el testimonio vivido de unión con Cristo a
través de servicios concretos asumidos en las parroquias.

En el capítulo 24 del Evangelio según san Lucas, nos encontramos con un pasaje recordado por todos. Se trata de aquel momento en el que dos discípulos de Jesús, después de la Crucifixión del Señor, realizaban un viaje camino hacia la aldea de Emaús. Mientras, estos dos discípulos hablaban, según el evangelista, de todo lo que había sucedido. Mientras conversaban, el texto nos cuenta que el mismo Jesús se les acerca y empieza a caminar con ellos.

En el relato del Evangelio según san Lucas, Nuestro Señor no interviene en la conversación, sino que les pregunta a los discípulos de qué estaban hablando. La actitud de Cristo nos revela algo importantísimo para la vida. Deja ver el amor inefable que tiene por nosotros: siempre quiere escucharnos y dejar que nos expresemos con libertad.

Muestra un Dios realmente interesado por el corazón de cada uno de nosotros. Él camina con nosotros en medio de nuestro dolor y nos escucha con atención. Esta misma actitud la experimentamos en la oración. Dios escucha con atención; es más, espera con ansias que tú y yo nos acerquemos a Él en la oración, precisamente para contarle sobre nuestra vida, con filial confianza, seguros de que somos escuchados con absoluta atención.

Cristo no interrumpe a los discípulos y deja que se expresen, incluso a pesar de que sabía que estaban cegados por la tristeza, que es aliada del enemigo. Él no se apresura a corregirlos, sino que espera con paciencia el momento perfecto para abrirnos el entendimiento de las cosas. Habiendo recibido las lecciones que necesitaban recibir, de darse cuenta de que el Señor los acompañaba, incluso si no lo podían ver, y con Cristo fundido en sus corazones, los dos discípulos, a pesar de que era ya tarde, y de los peligros que representaba para ellos salir, se deciden a devolverse a Jerusalén.

Pedimos al Señor que nos acompañe para poder regresar a nuestras comunidades con el corazón
ardiendo por reconocer a Dios a nuestro lado y las ansias de anunciarlo a todos los hermanos.

Fotos: Mercedes Llerena Pando y Elena Fernández Silva

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