Este 1 de enero, la Iglesia Católica celebra la Jornada Mundial de la Paz, una festividad que ha sido una piedra angular en la promoción de la paz y la justicia en todo el mundo desde su creación en 1968 por el Papa Pablo VI. Esta celebración, que se instituyó en respuesta a la Guerra de Vietnam, busca recordar a todos los fieles la importancia de trabajar por la paz en sus vidas diarias y en la sociedad.
El Papa Francisco inicia el año 2025 con su mensaje de paz. «Al inicio de este nuevo año que nos da el Padre celestial, tiempo jubilar dedicado a la esperanza, dirijo mi más sincero deseo de paz a toda mujer y hombre, en particular a quien se siente postrado por su propia condición existencial, condenado por sus propios errores, aplastado por el juicio de los otros, y ya no logra divisar ninguna perspectiva para su propia vida. A todos ustedes, esperanza y paz, porque este es un Año de gracia que proviene del Corazón del Redentor».
La Jornada Mundial de la Paz tiene un significado profundo para la Iglesia Católica y para millones de personas en todo el mundo. Es un momento para reflexionar sobre las causas de la guerra y la violencia, y para comprometerse a construir una sociedad más justa y pacífica. En 2025, la Iglesia Católica espera que esta jornada inspire a todos a trabajar por la reconciliación y la unidad en un mundo que a menudo parece dividido por conflictos y desigualdades.
“El Papa San Pablo VI quiso que el primer día del año deviniera la Jornada Mundial de la Paz. Este año se caracteriza, con motivo del Jubileo, por un tema peculiar: el de la condonación de las deudas“, dijo el pontífice ante los fieles durante el rezo del Ángelus desde el Palacio Apostólico, en motivo de la entrada a 2025.
Desde el Vaticano, el Papa Francisco ha enviado un mensaje claro y contundente en esta Jornada Mundial de la Paz. Ha instado a los fieles a no perder la esperanza y a trabajar incansablemente por la paz, incluso en los momentos más oscuros. El Papa ha subrayado la importancia de la solidaridad y la empatía, y ha llamado a todos a ser agentes de cambio en sus comunidades y en el mundo.
“El primero en perdonar las deudas es Dios”, y ante la celebración del Jubileo durante este año, “nos pide traducir este perdón a nivel social, para que ninguna persona, ninguna familia, ningún pueblo sea aplastado por las deudas”, expresó Francisco.
La Jornada Mundial de la Paz es una oportunidad para que todos reflexionen sobre su papel en la construcción de una sociedad más justa y pacífica. Es un llamado a la acción, a no quedarse de brazos cruzados, sino a trabajar activamente por la paz en todos los niveles de la sociedad. Desde la Iglesia Católica, se espera que esta jornada inspire a todos a ser peacemakers (pacificadores) en un mundo que necesita más amor y comprensión.