En la primera jornada se contaban cerca de 45 mil fieles en la plaza de San Pedro y cerca de 5 mil representantes de medios de prensa del mundo. El mundo, aun en medio de tantos altibajos, sigue atento a lo que pueda acontecer en este cónclave camino a la elección del nuevo Papa.
Tras el Extra Omnes (todos fuera), la fórmula latina con la que se cierran las puertas de la Capilla Sixtina, se da inicio al cónclave. Como está estipulado se hace un sorteo para elegir tres escrutadores y tres oyentes. Antes de que los electores comiencen a escribir, el Secretario del Colegio Cardenalicio, el Maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias y los Maestros de Ceremonias deben abandonar la Capilla Sixtina, después el último Cardenal Diácono cierra la puerta.
Luego de tres horas de espera este miércoles se vio salir el humo de la chimenea, era negro, no hay Papa electo aún. Quedó así pendiente una segunda jornada. Este 8 de mayo los cardenales electores se reunieron antes de las 8 en el Palacio Apostólico, para celebrar la Santa Misa y las Laudes en la Capilla Paulina.
Luego se retiraron a la Capilla Sixtina a las 9.15 para recitar la Ora Media y procedieron a la votación. Fotógrafos, camarógrafos, locutores, periodistas, laicos y personas en muchas partes del mundo fueron testigos de la segunda fumata, en la que fue negro aún el humo.
Los cardenales salieron de la Capilla Sixtina y regresarán después de las 4 de la tarde. El día seguirá así, almuerzo sobre las 12.30 en Santa Marta, salida a las 15.45 hacia el Palacio Apostólico, luego a las 16.30 retiro en la Capilla Sixtina con dos votaciones más y al final (sobre las 19.30) celebración de las Vísperas.
Hasta que no salga electo un Papa, se prevén dos sesiones en los distintos días: una al final de la mañana y otra por la tarde, es decir, al finalizar tanto las votaciones de la mañana como de la tarde. Seguirá la plaza de San Pedro ocupada por aquellos que han ido para ser parte de este momento histórico para la iglesia y el mundo.
Recemos para que Dios conceda a la Iglesia el Papa que mejor sepa despertar las conciencias de todos y las fuerzas morales y espirituales en la sociedad actual, caracterizada por un gran progreso tecnológico, pero que tiende a olvidarse de Dios.