Obispos latinoamericanos impulsan sinodalidad y justicia social en la 40ª Asamblea del CELAM

Asamblea en Río de Janeiro: comunión y servicio para los pueblos

La 40.ª Asamblea General Ordinaria del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (CELAM) concluyó el 30 de mayo en la Arquidiócesis de San Sebastián, Río de Janeiro, Brasil. Este encuentro, que reunió a presidentes y secretarios generales de las conferencias episcopales de la región, fue un espacio de unidad, discernimiento y colaboración pastoral, según el comunicado oficial difundido por ADN Celam.

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Gratitud, memoria y compromiso pastoral

Durante la asamblea, los obispos expresaron su agradecimiento por el ministerio del Papa Francisco y recordaron la reciente elección del Papa León XIV, quien también sirvió como obispo en América Latina. Asimismo, celebraron el 70.º aniversario de la primera reunión de obispos latinoamericanos en Río. Los prelados destacaron que este evento fue un verdadero espacio de oración, fraternidad y discernimiento, con el objetivo de fortalecer el espíritu de colegialidad y servicio a los pueblos del continente, especialmente ante los retos sociales y culturales actuales.

Ratificaron su compromiso de ser pastores cercanos y servidores del Pueblo de Dios, testigos del Reino en medio de desafíos como la pobreza, la desigualdad, la violencia, la corrupción, el narcotráfico, la migración forzada, el debilitamiento democrático, el clamor de la tierra y la secularización.

Sinodalidad y ecología integral: prioridades para la Iglesia

Uno de los temas centrales fue la profundización en el documento final del Sínodo de la sinodalidad. Los obispos subrayaron que la espiritualidad sinodal ha sido parte del CELAM desde hace años, aunque reconocieron que aún existen desafíos en su implementación, como la tentación de reducir la sinodalidad a un simple documento o evento, y las resistencias de algunos sectores a este estilo eclesial que promueve la escucha de todos los bautizados.

Celebrando el décimo aniversario de la encíclica Laudato si’, los obispos renovaron el llamado a cuidar la casa común, especialmente ante la crisis climática y social actual. Destacaron la necesidad de una ecología integral y de cambios en los estilos de vida y estructuras eclesiales para responder a los desafíos del tiempo presente.

Esperanza activa y compromiso misionero

Pese a las dificultades que enfrenta la región, los obispos afirmaron que la Iglesia sigue viva y fuerte, sostenida por la fe de los sencillos, el testimonio de consagrados y la labor silenciosa de quienes construyen el Reino en lo cotidiano. La Asamblea concluyó con un llamado a renovar el compromiso con una Iglesia misericordiosa, sinodal y en salida, atenta a las voces del Espíritu y a los clamores de los pueblos, y valiente para asumir los desafíos de la justicia social.

Este encuentro, celebrado en tiempo pascual, deja un mensaje de esperanza y vida: la Iglesia en América Latina y el Caribe quiere avanzar por un camino de sinodalidad, misericordia y misión, siempre abierta a la escucha y al servicio de los más necesitados.

Tomado de : Vatican News

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