
Los días 11 y 12 de diciembre, la Comunidad de Sant’Egidio de La Habana celebró la Oración anual por la Paz, un evento que une a líderes religiosos de diversas denominaciones, este año con un mismo propósito: imaginar la paz.
En el panel, con palabras del Excmo. Sr. Stefano Vescovi, Embajador de Suiza en Cuba; Jaime Paulino, estudiante mozambiqueño de Medicina, y Vivian Paris, de la Iglesia Episcopal, se intercambiaron historias y diálogos sobre la paz, recordando el proceso de paz en Mozambique, y reflexionando acerca de la importancia del rol de la mujer en tiempos de guerra y conflictos.

Fue inspirador ver a tantas personas de diferentes realidades religiosas unidas en esta gran celebración, a la que asistieron el Nuncio Apostólico en Cuba, Mons. Antoine Camilleri; el Obispo Auxiliar de La Habana, Mons. Eloy Ricardo, Rober Noa, funcionario de la Oficina de Asuntos Religiosos del Comité Central del PCC, líderes de diversas denominaciones religiosas y representantes del cuerpo diplomático. En la clausura, los presentes recibieron el manifiesto de la paz, escuchando reflexiones sobre el pensamiento de paz y la cultura del diálogo.

Sant’Egidio es una comunidad cristiana que nació en 1968, apenas finalizar el Concilio Vaticano II, por iniciativa de Andrea Riccardi en un instituto del centro de Roma. Con los años se ha convertido en una red de comunidades que se ha extendido por más de 70 países y que dedica una especial atención a las periferias y a los periféricos.
La forman hombres y mujeres de distintas edades y extracciones que están unidos por un lazo de fraternidad basado en la escucha del Evangelio y en el trabajo voluntario y gratuito por los pobres y por la paz.
La primera obra de la Comunidad es la oración, una oración basada en la escucha de la Palabra de Dios que acompaña y orienta su vida. En Roma y en todo el mundo la oración de la Comunidad es también un lugar de encuentro y de acogida para quien quiere escuchar la Palabra de Dios e invocar al Señor.

Los pobres son los hermanos y los amigos de la Comunidad. La amistad con los necesitados –ancianos, personas sin hogar, migrantes, discapacitados, presos, niños de la calle y de las periferias– es un rasgo distintivo de la vida de quienes participan en Sant’Egidio en los distintos continentes.
La clausura del evento se llevó a cabo dejando entre los presentes el deseo de hacer y dar más por la paz
Este año la cita se convocó para el 11 de diciembre un simposio en la capital cubana bajo el nombre “Imaginar la paz”. El día 12 se invitó a una oración por la paz, guiada en diferentes momentos por comunidades y grupos religiosos que conviven entre los cubanos. Budistas, cristianos, hebreos, musulmanes, compartieron tiempo y espacio.

La clausura del evento se llevó a cabo dejando entre los presentes el deseo de hacer y dar más por la paz en Cuba y el mundo. Este encuentro interreligioso a decir de los participantes, muestra que con el amor fraterno y el concurso de todos, se pueden lograr grandes cosas en bien de la humanidad.
Estos dos días fueron un recordatorio profundo de la importancia de mirar al otro, dialogar y construir la convivencia, incluso en medio de las diferencias. ¡Sigamos soñando y trabajando juntos por un mundo de paz!




