La palangana de agua sucia

El servicio humilde y el amor que transforma

En Semana Santa recordamos la Pasión de Jesús, un acto supremo de amor y entrega. Entre sus gestos más conmovedores está el lavatorio de los pies, símbolo de humildad y servicio hacia todos, sin excepción. Madeleine Delbrel, con su sensibilidad profunda, nos invita a contemplar esta acción desde una mirada que abraza incluso a quienes parecen alejados o perdidos.

Este poema nos desafía a vivir el amor de Cristo en nuestro propio corazón, sirviendo y amando al prójimo sin juzgar, sin distinguir entre amigos o enemigos, hasta que ese amor transforme todas las relaciones y nos haga uno en Él.

La palangana de agua sucia

(Madeleine Delbrel)

Si tuviera que elegir
una reliquia de tu Pasión,
elegiría esa palangana
llena de agua sucia,

Viajar por el mundo con ese contenedor
y envolverme en la toalla de cada pie,

Agacharme mucho,
sin levantar nunca la cabeza más allá de la pantorrilla,

Para no distinguir a los enemigos de los amigos,

y lavar los pies del vagabundo,
del ateo,
del drogadicto,
del preso,
del asesino,
del que ya no me saluda,
de ese compañero por el que nunca rezo

En silencio,
hasta que todos comprendan
tu Amor en el mío.

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