
La Diócesis de Cienfuegos eleva hoy a Dios una oración de gratitud por el aniversario 18 de la ordenación episcopal y toma de posesión de su Pastor, Monseñor Domingo Oropesa Lorente, séptimo Obispo de esta Iglesia particular.
En este día tan especial, recordamos su lema episcopal: “Luchando con la fuerza de Cristo”, que ha iluminado su caminar en medio de nuestro pueblo y ha sido guía firme en tiempos de desafíos, alegrías y esperanzas.

Monseñor Domingo Oropesa Lorente fue nombrado Obispo de la Diócesis de Cienfuegos por el Papa Benedicto XVI el 9 de julio de 2007, y recibió la ordenación episcopal el 15 de septiembre de ese mismo año, fecha en que también tomó posesión.
En estos 18 años de labor vale destacar que Monseñor Domingo, ha sido un pastor cercano, misionero incansable y testigo fiel del Evangelio en medio de las realidades del pueblo cubano. En sus propias palabras para una entrevista al periódico 5 de septiembre de esa provincia, decía:

“Para hablar de Cristo, para convocar a la gente a un encuentro catequético, misionero, celebrativo, en estos momentos no existe dificultad alguna en este país… Merece la pena ser misionero en Cuba”
Monseñor Domingo, ha dedicado estos 18 años a acompañar al pueblo de Cienfuegos, diócesis cubana que tiene como patrona, La Purísima Concepción. Su fiesta se celebra el 8 de diciembre. Se erigió erección canónica fue el 20 de febrero de 1903, por el Papa León XIII mediante el breve Aeternum praeclare.

Según los registros, el primer obispo fue Fray Aurelio Torres y Sanz, OCD, quien tomó posesión el 31 de mayo de 1904. Su obispo actual es Mons. Domingo Oropesa Lorente, desde el 15 de septiembre de 2007 y su sede episcopal, la Catedral de la Purísima Concepción.
Este aniversario del obispo no solo celebra una fecha, sino una trayectoria de entrega, acompañamiento y comunión. Es ocasión para agradecer, orar y renovar el compromiso de caminar juntos como Iglesia. Agradecemos su entrega generosa, su cercanía paternal y su testimonio de fe que nos anima a vivir en fidelidad al Evangelio.

Que el Señor resucitado le colme de bendiciones, le conserve la salud y le fortalezca siempre en su ministerio episcopal, para seguir acompañando con amor y esperanza al pueblo que se le ha confiado.