

La comunidad del barrio del Pilar en La Habana, se unió en acción de gracias por el legado de la Beata María Magdalena Starace, fundadora de la Congregación de las Hermanas Compasionistas Siervas de María. Esta mujer nació en Italia en 1845 y desde joven sintió una profunda vocación religiosa que cultivó incluso en medio de enfermedades y dificultades. En 1871, movida por una compasión ardiente hacia los más vulnerables, fundó esta congregación dedicada al cuidado de huérfanos, niñas abandonadas y ancianos.

Desde hace 10 años, tres hermanas compasionistas viven y sirven en el barrio del Pilar, llevando adelante una misión silenciosa pero transformadora. Las hermanas Inmaculada, Idy y Leizle, ofrecen para la comunidad en la que está enclavada la iglesia, el acompañamiento a través de la catequesis, comedor para personas necesitadas y niños, visitas a enfermos, celebraciones litúrgicas y formación, como parte de su entrega cotidiana. Durante el verano, su labor se refuerza con la presencia de jóvenes voluntarios italianos que colaboran especialmente en la atención a los niños.
La Eucaristía en honor a la Beata fue presidida por el Cardenal Juan de la Caridad García, concelebrando el padre José López, el padre Francis Ylagan y el padre Alfredo San Juan. Laicos, religiosas y numerosos invitados participaron con alegría y gratitud, reconociendo la presencia viva de esta congregación en el corazón de este barrio habanero, la única comunidad que tienen en la isla.

En su homilía, el cardenal agradeció la elección que hacen las madres a la hora de aceptar concebir los hijos por delante de cualquier comentario negativo. Pidió pensar en las madres que se entregan por sus hijos, y cuanta gracia se debe dar en el camino de la vida, por todo lo que ellas comparten y acompañan.
Agradeció así la entrega que mostró la beata Sor María Magadalena Starace, a la misión que Dios le encomendó de servir a los demás y guiar a estas hijas a que vengan aquí a enseñar, cuidar y acompañar a este pueblo. Aprovechó para invitar a los presentes «agradecer a Dios por todas las personas que nos sirven» dijo, «hay muchas maneras de servir, y servir es iluminar el camino de nuestras vidas»
Mencionó que «el servicio a los demás, es el servicio a Jesucristo. Muchas personas no saben el bien que hacen a los otros y eso el Padre no lo olvida».

“Compadecer con Jesús doliente y con la Virgen de los Dolores; por tanto, compadecerse del prójimo en todas sus necesidades, tanto del espíritu como del cuerpo.”
— Beata María Magdalena Starace
Como parte de la eucaristía, las hermanas cantaron la acción de gracias y compartieron un mensaje a los presentes, en el que agradecieron por estos años que han estado en la Iglesia del Pilar. Recordaron momentos que han vivido en estos 10 años y a las personas que les han apoyado para poder llevar adelante su servicio, bienhechores, catequistas, voluntarios, personas que le acompañan y les acogen con dedicación y cariño.





Esta celebración marca un momento especial en la misión de las hermanas Compasionistas. Como mencionaron en su mensaje, han sido sostenidas por muchas manos que le han ayudado en los momentos más difíciles. La experiencia y el aprendizaje les ha servido para ver el rostro de Dios en estas calles llenas de historias de gente muy necesitada. Eso les ha motivado a seguir dando lo mejor de sí cada día, bajo el ejemplo de su madre fundadora.