Por Jorge Luis Nodal Cordero. Fotos: Jarlen Andreu
En la tarde del viernes 15 de agosto, la Santa Iglesia Catedral Purísima Concepción de la Diócesis de Cienfuegos se llenó de júbilo al celebrar la Solemnidad de la Asunción de la Santísima Virgen María. La eucaristía, que dio inicio a las cuatro de la tarde, estuvo presidida por el Obispo diocesano, Monseñor Domingo Oropesa Lorente, y concelebrada por la mayoría de los sacerdotes que ejercen su ministerio en el territorio eclesiástico.

Durante la celebración, recibieron la ordenación diaconal en tránsito hacia el sacerdocio los jóvenes Yurisan Veliz Santana y Eduardo Ernesto Torres Alonso, quienes con emoción y gratitud dieron un paso decisivo en su camino vocacional. Yurisan escogió como lema diaconal las palabras de san Pablo: “Doy gracias al que me fortalece, Jesús, pues me consideró digno de confianza, al ponerme a su servicio” (1 Tim 1,12). Por su parte, Eduardo hizo suyo el clamor del profeta Jeremías: “Me has seducido, Señor, y me dejé seducir” (Jer 20,7).

En su homilía, Monseñor Domingo destacó la grandeza del sí de María, elevado al cielo como signo de esperanza para toda la Iglesia, y lo vinculó con el sí generoso de los nuevos diáconos. “El Señor que llamó a María y la coronó de gloria es el mismo que hoy los llama a ustedes a servir con entrega y alegría en medio de su pueblo”, expresó el prelado. Asimismo, exhortó a los ordenados a vivir su ministerio con humildad, cercanía y fidelidad al Evangelio: “No se olviden nunca de ser servidores de todos, especialmente de los pobres y los que sufren, porque allí encontrarán el verdadero rostro de Cristo”.

La comunidad diocesana, que acompañó con fervor la celebración, elevó oraciones por Yurisan y Eduardo, pidiendo al Señor que los sostenga en su nueva misión. Con cantos, signos litúrgicos y un clima de profunda oración, la misa concluyó con un ambiente de alegría y esperanza vocacional, recordando a todos que la Virgen Asunta sigue siendo modelo de obediencia y confianza en los planes de Dios.
