Nelda Ortega
Cienfuegos, Trinidad, 17 de mayo de 2016: Doscientos sesenta adolescentes de las diferentes zonas pastorales de la Diócesis de Cienfuegos, junto a monseñor Domingo Oropesa Lorente, su obispo, y los formadores y animadores de dicha pastoral, salieron en camiones hacia la zona de Trinidad para celebrar la Pascua, el sábado 14 de mayo último, en la víspera de Pentecostés.
Desde muy temprano los adolescentes de las localidades más distantes se trasladaron hasta el entronque de la carretera de Cienfuegos a Trinidad, y desde ahí salieron juntos hacia la parroquia de Paula, en Trinidad.
A las 9.30 a.m. compartieron la merienda. Después se pasó a la presentación, en la cual todos participaron con la alegría de Cristo Resucitado.
Antes de recorrer la ciudad de Trinidad, el Obispo presidió la Eucaristía junto con los presbíteros Juan Francisco Vega, rector del Santuario de San José, en Paraíso, Jacinto, de la parroquia de Abreus; y José Conrado, de la parroquia anfitriona. También estuvo presente junto a los sacerdotes en el presbiterio el diácono Denis, de la parroquia de Lajas.
De ahí todos de nuevo subieron a los camiones para visitar, diferentes lugares del Valle de Los Ingenios. Comenzaron por visitar la Casona de la Finca de Guáimaro, la Torre de Manaca Iznaga, y el Mirador del Valle de los Ingenios,
Luego regresaron a la parroquia de Paula para retomar fuerzas, compartir el almuerzo, salir a recorrer en horas de la tarde las calles del centro de Trinidad y sus templos.
El periplo, con cantos y el rezo de un misterio del Santo Rosario en cada lugar, incluyó el museo, donde está la maqueta de la ciudad de Trinidad, la Iglesia de Santa Ana (solo existe la fachada), la parroquia de la Santísima Trinidad y la Iglesia La Popa, que se encuentra en total ruina.
Un poco cansados, después de la merienda, los muchachos regresaron a sus lugares de origen con la alegría de haber compartido en un sitio que para casi todos era desconocido, disfrutando las maravillas de la naturaleza que Dios nos regala y confiados en la Misericordia del Amor que Dios tiene a cada uno de sus Hijos, expresada en el lema de esta celebración pascual: “Cristo Resucitado, esperanza y misericordia”.