Por: Marta M. Marcos S.
Trinidad, Cienfuegos, 10 de julio de 2015 / El P. Antonio Bendito Hernández o.p., actualmente párroco interino de la Parroquial Mayor de la Santísima Trinidad, en Trinidad de Cuba, celebró el pasado 26 de junio sus 55 años de sacerdocio abnegado y entregado, sirviendo a Dios y a los hombres mediante la Orden de Predicadores, a la cual ha pertenecido siempre.
Recibió el Sacramento de la Ordenación Sacerdotal en su tierra natal, España, y eligió como lema: “¿Cómo le pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho? Alzaré la copa de la salvación invocando su nombre” (Sal 116, 12-13).
En 1993 llegó a Trinidad por primera vez, venía de España, donde había servido a la Orden como Maestro de Novicios y, luego como Promotor del Rosario. Y, anteriormente, en Zaire, África, donde estuvo de misionero durante 20 años.
Desde entonces ha compartido con nosotros grandes acontecimientos de nuestra iglesia cubana y diocesana: elevación al cardenalato del Arzobispo de La Habana, Monseñor Jaime Ortega en 1994 y al nombramiento de Mons. Emilio Aranguren como Obispo de Cienfuegos en 1995, donde participó en las fiestas de celebración.
Luego estuvo varios años en La Habana y regresó a Trinidad en este Siglo XXI para celebrar otro gran acontecimiento: el centenario de la Diócesis de Cienfuegos. Estuvo por poco tiempo y regresó nuevamente a La Habana donde celebró sus Bodas de Oro. Parece que el Señor le tiene asignado al querido Padre compartir grandes acontecimientos con nosotros pues regresó nuevamente a Trinidad en el año 2011, precisamente con la llegada de la Virgen Mambisa que hacía su recorrido por Cuba.
La Esmeralda es una piedra preciosa de radiante color verde, como la esperanza. El P. Bendito celebra sus bodas de esmeralda sacerdotales: más años de vida, de experiencia sacerdotal, ya cuesta más el esfuerzo, pero lo sigue haciendo con la misma alegría, amor y servicio que el primer día.
En la Santa Misa celebrada ese día, se unieron ambas comunidades trinitarias y concelebró el P. José Conrado, párroco de San Francisco de Paula, estuvo muy emotiva, llena del amor y paz que solo Dios puede dar.
Misa de Acción de Gracias a Dios, al P. Bendito y a Santo Domingo de Guzmán que fundó la Orden de Predicadores, que desde hace más de 100 años atienden a los fieles del territorio trinitario. Nunca nos ha faltado un Padre Dominico que guíe nuestra vida por los caminos de Verdad y nos hagan cristianos por el bautismo y nos animen a seguir creciendo en la fe con los demás sacramentos, hasta el final, que es el comienzo de la vida.
Entre recuerdos, regalos, lecturas bíblicas y bellos cánticos entonados por el coro parroquial terminó la feliz noche con un sencillo brindis en la Casa Parroquial. Nos sentimos felices de tener entre nosotros al bendito P. Bendito con su humildad y carisma especial para atender las necesidades espirituales de los trinitarios. ¡Felicidades!
Y que junto a María nos siga llevando a Jesús en su caminar por las calles de la ciudad, por los valles y montañas, y por el puerto de mar, Casilda, donde cada domingo oficia la Santa Misa, en la sala de una casa humilde, a la espera de ver la Iglesia, hoy en ruinas, reconstruida.