Despedida del P. José Alberto Grajales Carvajal Texto: Ada Cristina Higuera y Vicente Ignacio Álvarez / Fotos: María Elena Tur González Iglesia Parroquial Mayor de San Jerónimo, Las Tunas, Diócesis de Holguín, martes 8 de enero de 2013 / Dice el cantautor Alberto Cortez: “Cuando un amigo se va queda un espacio vacío…”; sin embargo no se trata de seguir al pie de la letra la canción, pues si bien la comunidad católica tunera acaba de despedir un gran amigo, también es cierto que “Cuando un amigo se va queda un tizón encendido que no se puede apagar ni con las aguas de un río…”
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Texto: Ada Cristina Higuera y Vicente Ignacio Álvarez / Fotos: María Elena Tur Iglesia Parroquial Mayor de San Jerónimo, Las Tunas, Diócesis de Holguín, 25 de diciembre de 2012 / La Navidad, si bien en Cuba nunca fue ignorada, no es menos cierto que la costumbre de celebrar este acontecimiento se apagó un tanto en el ámbito social; pero en los últimos tiempos se ha revitalizado y adquiere cada vez mayor significación. Por ello es mucho más frecuente encontrar las vidrieras de los comercios adornadas con objetos alegóricos a esta época hermosa, en la cual todo cambia de una manera u otra, incluso el clima, para identificarnos con un ambiente refrescante, alegre y esperanzador.
Celebración de la Fiesta de la Sagrada Familia Texto: Ada Cristina Higuera y Vicente Ignacio Álvarez / Fotos: María Elena Tur González Iglesia Parroquial Mayor de San Jerónimo, Las Tunas, Diócesis de Holguín, 30 de diciembre de 2012 / Sería desconcertante, en verdad, pensar en un lugar donde las personas no tengan ninguna consanguinidad ni se establezca entre ellas algún tipo de parentesco. Seres independientes, sin un tronco común. Individuos a quienes no les preocuparía su origen y, por ende, tampoco les importaría su ascendencia o descendencia.
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Texto: Ada Cristina Higuera y Vicente Ignacio Álvarez / Fotos: Archivo Parroquial Iglesia Parroquial Mayor de San Jerónimo, Las Tunas, Diócesis de Holguín, domingo 6 de enero de 2013 / Muchas son las personas que se lamentan por lo triste que les resultó saber, cuando crecieron, que los Reyes Magos no existían, que ese era un desempeño propio de los padres que se esforzaban por suplir el lugar de estos personajes que cada 6 de enero cumplían la misión de llevarles obsequios como premio a su buena conducta. Conocer la verdadera identidad de Gaspar, Melchor y Baltasar implicaba cierto despertar en medio de la inocencia y suponía un sentimiento de frustración, en algunos casos, que luego no comprendían la razón de las cartas, los recipientes para que los camellos tomaran agua y hasta el pasto que les serviría también de alimento.
Texto: Ada Cristina Higuera y Vicente Ignacio Álvarez / Fotos: María Elena Tur Iglesia Parroquial Mayor de San Jerónimo, Las Tunas, Diócesis de Holguín, 28 de diciembre de 2012 / Como un entretenimiento que emana de la tradición popular, el 28 de diciembre en varias zonas de Cuba y en otras partes del mundo se acostumbra a jugarles bromas de toda índole a los conocidos y desconocidos para concluir con un peculiar: ¡Te cogí por inocente! De tal modo, son muchas las personas que aprovechan para dar rienda suelta a su imaginación y hacer “maldades”. Un curioso pasatiempo que caracteriza al Día de los Santos Inocentes, cuyo origen es muy distinto a lo que en realidad se festeja.
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