De visita en la parroquia San Joaquín el rector del seminario con “toda su familia”

Por: María del Rosario Piorno Montes de Oca

Santiago de Cuba, 8 de mayo de 2013 / “Creemos que la mejor forma de hacer una promoción vocacional no son los escritos ni los carteles ni los slogans, que son válidos, pero el testimonio de los seminaristas es lo que más habla”, explicó el P. Rafael, rector del seminario San Basilio Magno, quien junto a sus seminaristas y los padres Gabriel y Manuel, llegaron el viernes a la parroquia San Joaquín en San Luís, para reunirse primero con los adolescentes, y más tarde con los jóvenes y otros miembros de la comunidad parroquial.

Al decir del rector, “cuando un joven tiene delante testimonios vivos le entra mejor por los ojos lo que la iglesia quiere vivir, porque lo comunican mejor y cordialmente”. Al referirse a los dos encuentros que tuvieron en esta parroquia para su propósito promocional, expresó: “Entendemos que el terreno más abonado es la juventud, por ser la misma edad de los seminaristas, es bueno que ellos y ellas escuchen el testimonio de unos muchachos que están viviendo una llamada.”

Las certeras palabras del P. Rafael corroboran las escrutantes miradas y las continuas interrogantes que brotaron tanto de los jóvenes como de los adolescentes, ávidos por saber sobre temas que a esas edades encierran todo un misterio: Cómo se descubre  la vocación; cuando se da el paso, cómo se enfrenta el cambio de vida; cuál es el itinerario de vida de un seminarista; cómo defender la opción por la castidad y el celibato…

De forma franca y abierta saltaron a la palestra pública algunos testimonios de los modos, sencillos y naturales, que utiliza el Señor  para la llamada, así se escuchó hablar del sí después de una peregrinación, de una convivencia o de la misión durante la peregrinación nacional de la Virgen de la Caridad, sin faltar el ejemplo de algún sacerdote o la influencia del grupo juvenil parroquial. El rector insistió en que “la primera llamada que Dios hace es a la vida, reafirmada con la llamada del bautizo a ser hijos de Dios, y que no hay un buen sacerdote si no hay de base un buen cristiano, porque es un llamado especial de Dios para servir”.
Una vez escuchados los testimonios de los padres Gabriel y Manuel sobre sus propias vivencias personales respecto a la vocación y la experiencia de educar en el seminario, quedaron todos los presentes invitados a descubrir la riqueza de sus vidas a través de la pregunta: ¿Qué sentido tiene nuestra vida?

El rector exhortó a los jóvenes a “coger el timón de sus vidas fuertemente y conducirlo hacia Cristo Jesús”. Con mucha alegría expresó, “ojalá y esta noche haya caído una semillita, alguna inquietud, también a las muchachas”. La reacción fue espontánea, puestos de pie los jóvenes se les escuchó entonar Gracias muchas gracias, muchísimas gracias…

Los sacerdotes anfitriones,  Ángel y Nicolás, agradecieron al P. Rafael y a “toda su familia por haber venido a esta su casa a compartir”. La respuesta del rector fue: “Nos vamos contentos porque los P. Paúles han preparado esto bien, han asistido un número importante de jóvenes interesados en saber qué es un seminarista y cómo se descubre la vocación. Ojalá que del grupo cristiano de jóvenes sanluiseros surja algún otro sacerdote como ha ocurrido con anterioridad”.

El feliz encuentro culminó con el canto Pescador, porque como expresó la directora del coro de jóvenes y animadora parroquial de la pastoral, “todos estamos llamados a tirar las redes”.