Acompañados de sus padres, amigos y toda la comunidad, animaron con entusiasmo y gran creatividad la Eucaristía Dominical, fueron sus voces las que se hicieron sentir en cada uno de los cantos de la celebración dominical.
En la Homilía nuestro Párroco nos invitó a vivir la paz. La paz no es cuestión de conquistar tierras y tesoros, la paz brota del propio corazón del hombre y es ese corazón el que hay que conquistar, para que el corazón vaya acorde a la conciencia y el querer esté de acuerdo con el deber. En el ofertorio oramos por los 5 continentes; mientras se escuchaba un canto alegórico, 5 niños vestidos del color de cada uno de los continentes fueron presentando las ofrendas, uno traía el Rosario Misionero, otro la cruz de Cristo resucitado, otro, presento la mascota de los niños misioneros en Cuba y los otros dos, ofrecieron el pan y el vino, que se convirtieron en el Cuerpo y la Sangre del Señor.
Al final de la celebración el P. Miguel Eduardo, invitó a todos los niños presentes a recibir una bendición especial, la cual terminó con la aspersión del agua.
Terminada la Eucaristía los niños, degustaron sabrosos dulces, preparados por sus propios padres.
Les agradecemos a los responsables de la Infancia Misionera, a los padres de familia y a nuestro sacerdote, por su dedicación y esfuerzo.
“Con Jesús y con María, misioneros todo el día”