Durante su estancia en San Luis, presidieron la eucaristía y acompañaron a los padres Ángel y Nicolás en su quehacer pastoral en la parroquia y en los campos, sin faltarles ocasión para compartir sus experiencias de vidade un sacerdocio marcado por la humildad y el servicio,inspirados en San Vicente, fundador de la congregación.

P. Justo Moro cm., español, 51 años de ordenado en la Congregación de la Misión. Llegó a Cuba, lo recuerda emocionado, el día de la virgen de Lourdes, el 11 de febrero de 1995. Superior de los P. Paúles desde el 2003.

Padre, ¿cómo espera ayudar a su comunidad ahora que cesa su responsabilidad como superior?

-Lo que diga el nuevo superior, lo mismo el sitio que el servicio. El sitio no te da la felicidad si no la llevas tú dentro…

¿Cuál ha sido su experiencia de la Iglesia en Cuba?

-No mucha diferencia con la iglesia española actual en cuanto a la fe. Gente joven con la mente puesta en un futuro donde faltan ambiciones de otro tipo, donde todo vale. España como Cuba se ha convertido en un país de misiones.

¿Por qué sigue en Cuba?

-Sentido de obediencia a los superiores. Nunca pedí venir a Cuba. Cuando quise ser misionero quería para las Islas Salomón, y me aceptaron para allá, empecé a preparar pero…me pidieron que viniera a Cuba, y dije que me lo pensaría un poco, y acepté. De otra manera no sería Paúl ni sacerdote ni fiel al voto de obediencia. Tampoco me siento infeliz, porque haces una labor con la que te identificas, y de ahí nace la felicidad, que no la llevas en una jaba…

¿Cuál será ahora su proyecto para el futuro?

-No depende de mí, está en las manos de mis superiores y de Dios. Si me destinan a un sitio, entonces empezaré mi proyecto ahí.

¿Los P.Paúles comienzan una semana de retiro en El Cobre, a los pies de la Virgen de la Caridad, tiene algún tema particular?

-Lo hacemos siempre una vez al año, por norma, por las reglas nuestras, pero este es de tipo personal.

P. Luis Arriola, mexicano, 39 años de ordenado, nuevo Visitador de los P. Paúles en Cuba.

¿Quiere contarnos de dónde viene?

-Cuatro años como vicario en Nuestra Señora de Talpa en Los Ángeles, es una devoción de Jalisco, México. Allí el 90% son latinos, el párroco lleva una labor muy bonita en favor de los indocumentados.

¿Ud. colaboraba también con esa obra?

¬¬-Durante mi primer tiempo allí sí, después mi labor estuvo dirigida más al grupo parroquial de San Vicente, con los cuales repartía comida cada viernes a los pobres, y una vez al mes se repartía ayuda material de otra índole.

En México fue Visitador por seis años, luego estuvo en Los Ángeles. ¿A Cuba, cómo llega?

-El General me llamó y yo acepté. Cuentas con el apoyo de él y eso a la vez te da apoyo. Él hizo Consejo y yo me dispongo a responder a la confianza que él me dio. Agarras una base, que es la voluntad del General y su Consejo, y así te liberas de todo: Que si tienes cualidades o capacidades, o que si tienes conocimientos y cómo lo vas a hacer…, que no has vivido con ellos y cómo te van a recibir. Te sueltan… ¡pues mándate!

La fe del pueblo de Dios es invaluable y te salva, te va a penetrar en China, en Rusia o donde sea, no tiene precio y es lo que vives, es un capital que vivimos todos nosotros.

De donde vengo la gente vive poniendo el corazón en todas las cosas materiales y eso no es vivir. Aquí la economía no es igual, pero sé que eso me dará otras ventajas interiores y exteriores.

¿Algún programa para vivir el Año de la Fe con la Congregación de la Misión en Cuba?

-De momento apoyar el trabajo que ya hay, la labor tan linda que hacen con los ancianos, y descubrir la gran acción de la Milagrosa para ver cómo los demás se benefician de eso.(La Milagrosa es una parroquia de La Habana atendida por los P. Paúles que, con el apoyo de la Familia vicentina, realizan una extraordinaria obra de amor en la casa de abuelos que allí radica).

La presencia de los P. Paúles en Cuba, desde hace 150 años, ha dejado una huella indeleble de humildad y servicio en favor de los más necesitados. Oremos porque el carisma de San Vicente continúe dando frutos.