Comunidad parroquial de Santa Isabel de las Lajas celebra sus 150 años
por Jorge Luis Nodal Cordero
Diócesis de Cienfuegos, Santa Isabel de las Lajas, 21 de noviembre de 2018: El sábado 17 de noviembre último el templo parroquial de San Antonio de Padua, del municipio de Santa Isabel de las Lajas, en Cienfuegos, arribó a sus 150 años.
Contar la historia de todos estos años no sería fácil sobre todo por tantos párrocos y fieles que de una forma u otra han dejado su impronta en esa comunidad.
Sin embargo, les puedo decir que esa noche el templo vistió sus mejores galas, llegaron feligreses de todas las comunidades que forman parte de la parroquia y otros, como los de Cruces, Palmira y Paraíso, que de manera gentil decidieron acompañar a los lajeros en este momento especial.
La Eucaristía fue presidida por monseñor Giorgio Lingua, Nuncio Apostólico de Su Santidad en Cuba, y junto a él concelebraron un grupo de sacerdotes de la diócesis.
Durante la homilía Mons. Lingua se refirió a como Jesús es capaz de encender en nosotros la esperanza, comentó que cuando Dios habla revela por medio de señales y en medio de nuestras realidades, cada uno de nosotros somos una palabra de Dios, somos un proyecto de Dios.
Habló de la historia de Santa Isabel, una joven reina que enviudó con tres hijos a los 20 años y se caracterizó por ayudar siempre a los pobres, Dios la llamó al encuentro eterno con tan solo 24 años.
El prelado alentó a seguir su ejemplo de entrega a Dios y el de otros santos, quienes fueron fieles a la voluntad divina; y finalizó su reflexión con la pregunta: ¿Conocemos lo que el Padre celestial quiere de cada uno de nosotros? Debemos vivir cada día como si fuera el último.
En el momento de la presentación de los dones cada comunidad que forma parte del territorio parroquial ofreció con sencillez y humildad elementos que forman parte de su cotidianidad.
Casi al final de la celebración Mons. Giorgio Lingua entregó al padre Marcelo Díaz Armenteros, párroco de San Antonio de Padua, la bendición especial del Santo Padre Francisco para él y sus parroquianos.
La comunidad agradeció la presencia del Nuncio y le obsequió una cesta llena de frutas, vegetales y hortalizas.
Enhorabuena para los lajeros y que estos 150 años se multipliquen en gracias y bendiciones.
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