A renovar la opción preferencial por los pobres y los jóvenes exhorta Padre Sinodal representante de Cuba
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TEXTO DE LA INTERVENCIÓN DEL PADRE EDUARDO GONZALO REDONDO, PADRE ESPIRITUAL DEL SEMINARIO SAN BASILIO MAGNO, DE SANTIAGO DE CUBA, PRESENTE POR CUBA EN EL SÍNODO DE LOS OBISPOS
En el n° 4 del Instrumentum laboris se cita al Papa Francisco cuando en la Evangelii Gaudium expresa que “la realidad es más importante que la idea”.
En la vida concreta del día a día de la Iglesia, teniendo como trasfondo la cita del Papa, sintiendo en estos días la presencia del Espíritu en el dinamismo, la espontaneidad y libertad con la que se expresan los jóvenes y la excelente acogida por parte de los padres sinodales. No me quedan dudas que los jóvenes no son el problema sino la solución.
La pregunta que me surge es: ¿Entonces el problema cuál es? Y la respuesta me viene espontáneamente: Gran parte del problema soy yo, somos nosotros. Me refiero al mundo de los adultos y a muchos de nosotros que somos la Iglesia. Podemos pedir perdón mil veces, pero si no enmendamos el perdón con gestos y actitudes concretas no cambia nada. Todo seguirá igual.
¿Cómo enmendar? Comparto algunas pistas:
Parece que como Iglesia nos cuesta estar, escuchar y compartir con los jóvenes, ellos cuestionan todo, nos llaman a vivir coherentemente y también denuncian nuestra falta de cercanía, de cariño pastoral y de apoyo concreto en tantas iniciativas que tienen. Gracias a Dios tampoco faltan testimonios de pastores entregados y comprometidos.
Hoy, varios de los que ingresan al seminario, son jóvenes bien formados, muchos de ellos profesionales y no pocas veces se vuelven adolescentes domesticados que viven en burbujas espiritualistas. El problema viene de dentro.
En lugar de seguir y amar a Jesús algunos siguen una “idea de Jesús”, se identifican con una “línea eclesial” ¿Qué es eso por Dios? ¡La única línea, el único camino es seguir a Jesucristo! Si esto es así, será difícil acompañar a los jóvenes.
Siempre seremos extraños que vivimos en otro mundo y en otra frecuencia, diferente a la de ellos.
Hoy el Papa Francisco nos va marcando el horizonte, nos abre caminos, pero corremos el riesgo de elegir los atajos. Si elegimos los atajos, nos alejamos de Jesús y todo nos sale mal.
Hacer camino supone paciencia, la paciencia nuestra y la paciencia de Dios; supone el ir paso a paso, sabiendo que no faltaran dificultades, porque forman parte del proceso. Pero el camino es real y concreto. Solo se hace camino pensando en procesos e itinerarios en el acompañamiento personal y el discernimiento pastoral.
Y termino Santo Padre, queridos hermanos mayores y jóvenes presentes. Termino compartiendo un sueño que puede ser posible, aunque nos jugamos todo. Lo lanzo como propuesta en esta aula sinodal:
En que usted, Santo Padre, como Pedro nos invite: “a todas las iglesias del mundo a asumir y renovar la opción preferencial por los pobres y los jóvenes”.
En el 2019 se cumplen cuarenta años de la presencia de San Juan Pablo II en el “Continente de la esperanza”, su primer viaje pastoral fue a Puebla en México, donde los Obispos del Continente celebraban la Conferencia del episcopado latinoamericano. El Espíritu nos regaló la opción preferencial por los pobres y los jóvenes para América Latina porque, no pensar ahora, uniendo el contexto de este sínodo y teniendo como marco la próxima JMJ en Panamá en enero próximo,
Puede ser el signo más concreto y el paso que nos falta para que el buen olor de Jesús pueda permear a toda la humanidad asumiendo como Iglesia una experiencia de conversión.
Nos regalaría la sobriedad que nace del Espíritu que acampa entre nosotros y que sopla donde quiere porque es libre y liberador y quita todos los miedos que muchas veces nos paralizan.
Por último, sospecho que estaríamos más cerca de asumir en lo concreto el sueño de Dios: “Que todos sean uno para que el mundo crea”.
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